Una Reseña sobre “Bases Sociales de la Transformación Ideológica del Partido Popular Democrático en la Década de 1940-50” de Ángel G. Quintero

Posted in Uncategorized with tags , , , , , , on October 13, 2023 by jose anazagasty

Ángel G. Quintero redactó Bases Sociales de la Transformación Ideológica del Partido Popular Democrático en la Década de 1940-50 en los setenta. La versión publicada recientemente no es muy distinta de la anterior, que como nos advierte el autor se publicó como un documento de su época, tal y como fue redactado originalmente, con el lenguaje, conceptos e información que el autor manejó entonces. Quintero desempolvó su escrito para proveernos un recurso con el cual comprender mejor la hoy “desautorizada ilusión autonomista” del Estado Libre Asociado y el fracaso del proyecto desarrollista basado en la industrialización por invitación, aparte de vislumbrar la crisis ideológica del Partido Popular Democrático. Efectivamente, Bases Sociales de la Transformación Ideológica del Partido Popular Democrático en la Década de 1940-50 es un recurso valioso para escrudiñar estas cuestiones, en particular por la atención que el autor les presta a los conflictos de clase. Como concluyó Érika Fontánez Torres en su reseña del libro:

El análisis que hace Quintero Rivera en Bases Sociales nos sirve como referente acaso para encontrar similitudes, continuidades o quizás para encontrar metodologías para analizar y entender. Entender, entender, entender desde la intersección de clase con otros parámetros sí, pero no en exclusión de esta, diría yo, es indispensable para poder imaginar un mejor futuro.

El libro, producto del subsecuente desarrollo de una ponencia para un foro organizado por la Escuela Graduada de Planificación de la Universidad de Puerto Rico en 1975, pretende demostrar cómo las simientes de las “transformaciones problemáticas” del Partido Popular Democrático (PPD), de los cambios en su orientación política a través del tiempo, estuvieron presentes desde los orígenes del partido. Quintero nos provee una crítica ideológica desde la perspectiva del materialismo histórico, una desmitificación de los relatos y crónicas tradicionales y profundamente mitologizadas de los comienzos de ese pretérito partido. En ese sentido, y como concluye Mario R. Cancel en su reseña del libro, el análisis materialista-histórico de Quintero no deja de ser sugestivo para los estudiosos de las cuestiones culturales. Como también explica Cancel, el libro de Quintero:

Se apoya en numerosos indicadores económicos, ideológicos y culturales que dejan en el lector la impresión de una movilidad social densa que ha sido poco estudiada: clases sociales que se disuelven, otras que se reformulan y ajustan a la nueva realidad y algunas que desaparecen. La exploración de aquella dinámica le sirve para explicar el revisionismo político y la emergencia de nuevos proyectos y discursos.

Sobre la ubicación teórica del texto

El libro de Quintero es producto de un análisis materialista-histórico de las transformaciones del PPD, propio de la tradición marxiana. El autor relaciona las variaciones ideológicas del PPD con las formaciones económico-sociales de Puerto Rico y con los antagonismos y alianzas de clase expresados en distintos ámbitos de la sociedad puertorriqueña de los cuarenta. Bases Sociales de la Transformación Ideológica del Partido Popular Democrático en la Década de 1940-50 es un libro de la nueva izquierda, un movimiento marxiano que rompió con la inflexibilidad y el dogmatismo del marxismo ortodoxo y con lo que Quintero llama el “comunismo institucional.” El libro fue escrito desde un marxismo revisado y refrescado, influenciado por los legendarios Antonio Gramsci y E.P Thompson. Gramsci ha sido uno de los marxistas más influyentes, uno cuyos conceptos son fundamentales para cualquier análisis o critica de una ideología. En efecto, Quintero se valió del concepto gramsciano de hegemonía para examinar como las clases formándose, con sus ideologías particulares, trabajaron para volverse la fuerza hegemónica en la colonia.

La influencia de E.P. Thompson en el libro de Quintero es también significativa. Como planteó David McNally (1995) sobre el famoso historiador:

E.P. Thompson fue una gigantesca figura en el desarrollo de la historia marxista. No tengo dudas en sugerir que hasta el momento fue la figura más importante del Grupo de Historiadores del Partido Comunista Británico cuya lista incluye a Cristopher Hill, George Rudé, Eric Hobsbawm y Rodney Hilton. Y su preponderancia principalmente tiene que ver con el resuelto compromiso político que anima su trabajo: su insistencia en la centralidad de la autoactividad de la clase obrera en el proceso histórico.

El concepto de clases de E.P. Thompson está muy presente en el libro de Quintero. Me refiero al concepto de las clases sociales como procesos históricos. Para Quintero las clases se “definen porque ocurren, no porque son” (15). Thompson, distanciándose de la idea de las clases como “cosas que son”, las concibió, siguiendo a Marx, como fenómenos que ocurren, que acontecen, como procesos y formaciones sociales. Como escribió el propio Thompson en The Making of the English Working Class:

By class I understand an historical phenomenon, unifying a number of disparate and seemingly unconnected events, both in the raw material of experience and in consciousness. I emphasise that it is an historical phenomenon. I do not see class as a “structure,” nor even as a “category,” but as something which in fact happens (and can be shown to have happened) in human relationships.

Para Thompson, las clases sociales eran relacionales, históricas, imbuidas en relaciones reales entre sujetos y grupos reales e históricos en contextos reales. Una clase acontece cuando algunos sujetos, debido a experiencias comunes (heredadas o compartidas), sienten y articulan la identidad de sus intereses entre ellos y en contra de otros sujetos y grupos cuyos intereses son diferentes y generalmente opuestos a los suyos. La experiencia de clase es formada en gran medida por las relaciones productivas en las que los individuos nacen o entran involuntariamente. Esas relaciones son, por supuesto, conflictivas, contradictorias y dialécticas, esto sin negar las ocasionales colaboraciones y alianzas entre las clases sociales. Como explica el propio Quintero:

Si participamos de un análisis social que considera fundamental incorporar las transformaciones en las clases sociales, y entendemos que la base de éstas está en las relaciones que surgen del modo como se estructura el proceso productivo, entonces las contradicciones sociales deben darse en la dialéctica entre estructura de producción social y acción humana (15).

Esta noción de las clases sociales fue también propuesta por Immanuel Wallerstein y otros proponentes de la Teoría del Sistema Mundo, la que se originó precisamente en los setenta. Para Wallerstein, como para Thompson y Quintero, las clases sociales eran un proceso dinámico de recreación perpetua, de cambio constante en forma y composición. Para él, las clases no tienen una realidad permanente. Más bien se forman, se desarrollan y se consolidan y se desintegran y desagregan, transformándose. Desde esa perspectiva una clase social no es un atributo sino un conjunto de relaciones cambiantes con otras clases en un contexto histórico particular, para Wallerstein un contexto particular a un sistema mundo particular.   

Uno de los grandes logros de Bases Sociales de la Transformación Ideológica del Partido Popular Democrático en la Década de 1940-50 es precisamente que devela el acontecer de las clases sociales en Puerto Rico, en términos de sus relaciones sociales, antagónicas o colaborativas, expresadas en distintos ámbitos en los años cuarenta, todo en un contexto estructural y material específico. Quintero examinó “la política de la lucha triangular”, las relaciones conflictivas entre el proletariado, la clase descendiente de hacendados, la pequeña burguesía intermediaria y la burguesía antinacional pro-metropolitana, cada una con una ideología particular correspondiente. Cónsono con el concepto de clase en formación este explica que:

En un capitalismo dependiente, impulsado y dominado por el imperialismo, con lo que esto implica en el movimiento de los términos de intercambio, en la reubicación de la inversión (concorde al mercado de capitales del capitalismo matriz) y, por ende, en la inestabilidad de la relación relativa de los factores productivos e implícitamente en el desarrollo de las fuerzas productivas, el desarrollo concreto de la ley general de acumulación capitalista, y su encadenamiento de formas de la sobrepoblación relativa, quebró las bases de la política de clases. Se desvanecía este tipo de política en la medida en que se daba el resquebrajamiento de las clases mismas, tanto a nivel de ubicación estructural como a nivel cultural e ideológico-político.

Fue la gran desesperanza, el desaliento provocado por esos procesos económicos y culturales, atados al imperialismo y la dependencia, lo que produjo un “resquebrajamiento general” que dio paso al surgimiento de una nueva configuración ideológica y de clases que marcaría la década de los cuarenta en la colonia.

Aparte de ser influenciado por Gramsci y Thompson, Bases Sociales de la Transformación Ideológica del Partido Popular Democrático en la Década de 1940-50 fue también influenciado por la Escuela de la Dependencia. Sobre esto nos dice el autor:

A nivel latinoamericano, Bases sociales… se ubica entre los Estudios de la Dependencia; en ese importante esfuerzo de quebrar la dicotomía entre lo nacional interno y lo global externo. Lo “externo” se constituye en parte de la dinámica “interna” en los procesos que más tarde se denominarán de colonialidad. Por ello, se hacía necesario, en nuestro caso, estudiar a Puerto Rico a fondo desde adentro; sin obviar la importancia fundamental del colonialismo, no achacarle de manera maniquea todos nuestros males, limitaciones y posibilidades. No meramente denunciar una dominación externa, sino intentar comprenderla internamente. Bases sociales…, como en general los Estudios de la Dependencia, intenta desarrollar análisis rigurosos partiendo de algunas ideas básicas del marxismo (como mayor esfuerzo teórico históricamente desde la izquierda entonces), pero sin dogmatismos, sin temor a aventurarse en la elaboración de conceptos inéditos e ínter relaciones noveles. (12)

La teoría de la dependencia, que asociamos con André Gunder Frank y Samir Amin, entre otros, fue no sólo una respuesta a la teoría de la modernización, tan estudiada en Puerto Rico, sino además una crítica a la U.N. Commission for Latin America de los años sesenta, así como una objeción al llamado marxismo ortodoxo y lo que Quintero llama el “comunismo institucional.” Si distinguimos, como lo hace Alvin Y. So en Social Change and Development, entre los estudios clásicos y nuevos de la dependencia, yo ubicaría el libro de Quintero entre los nuevos estudios de la dependencia. El sociólogo e historiador, como en los nuevos estudios de la dependencia, trata la dependencia, no como un proceso puramente económico, general e impuesto desde afuera que produce polarizaciones regionales, subdesarrollo y estratificación internacional, sino como un proceso histórico específico atado a la dialéctica entre procesos y actores sociales internos y externos a una sociedad particular. Quintero, como los proponentes de los nuevos estudios de la dependencia, integra y afirma la importancia de la historia o de situaciones históricas específicas, las situaciones particulares de Puerto Rico en un periodo dado. Este también enfatiza las actividades internas, aunque sin perder de vista las actividades y procesos externos. Quintero demuestra como el cambiante entorno externo a Puerto Rico, los cambios en las relaciones entre la colonia y Estados Unidos, y las contradicciones y conflictos de clase internos a esta, afectaron y afectan su situación y desarrollo económico. Finalmente, y si en los estudios clásicos de la dependencia se reafirmaba la incompatibilidad entre el desarrollo y la dependencia, Quintero, como en los nuevos estudios de la dependencia, advierte la coexistencia contradictoria de ambos procesos en Puerto Rico. Por ejemplo, Quintero, refiriéndose al proyecto de la industrialización por invitación en la posguerra notó que, a pesar de la dependencia, y a medida que se estabilizaba el dominio internacional estadounidense, proliferaron en Puerto Rico los mercados laborales para la industria de mano de obra intensiva a la vez que se elevaron los niveles de vida en Puerto Rico, lo que estimuló el consumo, beneficiando el capital comercial. En fin, Bases Sociales de la Transformación Ideológica del Partido Popular Democrático en la Década de 1940-50 es un buen ejemplo de un estudio histórico-estructural y concreto de la dependencia en el Puerto Rico de los cuarenta. Es, además, y repito, uno que enfatiza conflictos internos de clase, y su relación a la administración colonial, por lo que, y sin perder de vista las dimensiones económicas de la dependencia, reconoce y afirma la importancia de examinar sus dimensiones sociopolíticas, incluyendo, por supuesto, sus dimensiones ideológicas.

El Centro de Estudios de la Realidad Puertorriqueña (CEREP) también influenció el libro de Quintero. Este escribió su libro, como nos señala él mismo, desde un CEREP caracterizado por un agudo intercambio intelectual y una “rigurosa (y dura) crítica fraternal.” Muchos de los investigadores y estudiosos de la sociedad puertorriqueña vinculados al CEREP revisaron críticamente sus disciplinas, así como la realidad puertorriqueña, como lo sugiere el nombre del centro. Quintero, como refleja Bases Sociales de la Transformación Ideológica del Partido Popular Democrático en la Década de 1940-50, hizo lo propio con la sociología y el marxismo.

Sobre el fracaso de una clase en formación

En la crisis económica de los treinta y cuarenta, la economía local enfrentó cambios dramáticos en los términos de intercambio, y se redujeron el ingreso per cápita y los sectores directamente productivos. El desempleo y la presencia de una sobrepoblación relativa, de una población obrera desempleada y marginada, agravaron la situación. Quintero vincula estos procesos al quebrantamiento de la política de clases, incluyendo la transformación del movimiento laboral y de las instituciones obreras y el ocaso de las clases tradicionales. El autor también vincula esos procesos a la transformación del sector profesional. La crisis hizo posible el surgimiento de una nueva clase-en-hacerse, una clase profesional que, aunque agarrada a la cultura de haciendas promovió la modernización del Estado colonial. En sus esfuerzos por concretar el dominio ideológico, de hacerse la clase hegemónica, con el PPD como instrumento político y con el apoyo de varios sectores importantes de la sociedad puertorriqueña, esta clase se impuso, dominando la política de entonces. No obstante, esta pasó por transformaciones ideológicas que terminaron en la movilización de un populismo maniqueo y de lo que Quintero llamó un “nacionalismo de bolero.” Esta clase definió el Estado colonial como la encarnación del pueblo y como el gestor de la economía planificada, recurriendo a un discurso mutilado de justicia social que desplazó la lucha de clases. Quintero menciona otros tres cambios ideológicos posteriores de gran importancia en el estudio de la historia del PPD. Primero, este partido abandonó el énfasis en un Estado comprometido con las “reivindicaciones populares” para promover y concretar un Estado mediador de intereses conflictivos. Segundo, el PPD giró hacia la formación de un Estado dedicado a instituir las condiciones necesarias para el crecimiento económico, dejando atrás la idea de un Estado participe de la producción económica. Finalmente, el partido cambió su posición respecto al centro, de un partido que favorecía la independencia a uno autonomista.

La clase vinculada al PPD no logró consolidarse. En el epilogo de su libro Quintero nos advierte, aunque no provee el análisis, que esta clase-en-hacerse no logró convertirse en una fuerza hegemónica porque esta fue perdiendo su pertinencia para los puertorriqueños, quienes enfrentaban los cambios en el capitalismo posterior a los setenta, con la llegada del post-fordismo, la acumulación flexible, y una nueva lógica cultural capitalista.  Ante estos procesos de cambio, las políticas económicas y sociales del PPD perdieron su vigencia y fue incapaz de adaptarse a las mutaciones del capitalismo. Al final, y como concluye Quintero, “… el capitalismo se comió a esa clase y se fue comiendo su mito, por eso la bancarrota ideológica de su descendencia,” la del PPD de hoy.

Sobre los populismos de ayer en Puerto Rico y Estados Unidos

Cuando Quintero escribió su libro en los setenta el populismo había dirigido la colonia por más de dos décadas, por lo que era para este sociólogo e historiador cardinal analizarlo y entenderlo. Pero, advierte, que para el lector contemporáneo es importante aclarar que, como otros populismos latinoamericanos de entonces, el puertorriqueño fue un movimiento en muchos sentidos progresista, distinto al populismo chauvinista y reaccionario que hemos visto en Estados Unidos en los últimos tiempos. Quintero está en lo correcto. El populismo puertorriqueño de los cuarenta no es, por ejemplo, igual al populismo de la ultraderecha estadounidense de hoy, un profundamente nacionalista, racista y xenofóbico. Sin embargo, para los estudiosos del populismo y los lectores contemporáneos sería un ejercicio necesario, y ciertamente interesante, comparar el populismo puertorriqueño de entonces, no sólo con los populismos latinoamericanos, sino además con los diversos populismos estadounidenses de esa misma época, los de los treinta y cuarenta. Algunas corrientes populistas estadounidenses de entonces fueron progresistas también, fuertemente influenciadas por el comunismo, el socialismo y el movimiento laboral. De hecho, el populismo examinado por Quintero tiene elementos en común con el populismo del llamado Frente Popular estadounidense, aunque también algunas diferencias importantes. Podríamos inclusive decir que el Frente Popular estadounidense fue mucho más progresista que el populismo puertorriqueño.

En efecto, y como notó Michael Denning (1997: 124) refiriéndose a los treinta: “The People became the central trope of left culture in this period, the imagined ground of political and cultural activity, the rhetorical stake in ideological battle. The cultural front imagined itself as a ‘people’s culture’.” En aquella época importantes figuras del frente popular adoptaron el concepto del pueblo, incluyendo al escritor y crítico literario Kenneth Burke, quien expresó lo siguiente: “The Symbol I should plead for, as more basic, more of an ideal incentive, than that of the worker, is that of “the people.” El giro al populismo en aquellos años fue interpretado por muchos como el abandono del proletarianismo radical, la adopción de un liberalismo sentimental que disolvió la lucha de clases, oscureciéndola en la unidad imaginada del pueblo, en la homogeneización populista del pueblo.  Pero si como demuestra Quintero ese fue el caso del populismo del PPD en Puerto Rico, ese no fue el caso del frente popular estadounidense, como demuestra Denning. Para este último, no podemos al examinar el frente popular confundir su retórica populista con su política populista, pues la política del frente, a pesar de su retórica, siguió siendo una política de clases, lo que no ocurrió con el PPD en Puerto Rico. La política del frente popular estuvo caracterizada por el obrerismo social-democrático del unionismo industrial, muy militante entonces, y por un pluralismo étnico que imaginó la nación como una nación de naciones. El frente apoyó además una política antifascista que defendía la solidaridad internacional. Esto sugiere la influencia del Partido Comunista y de la CIO. Además, la retórica populista del frente popular no implicó la adopción indiscriminada de las retórica e ideas populistas del Nuevo Trato.  Más bien fue una respuesta a los diversos populismos en competencia en aquella época, incluyendo los populismos novotratista y los de derecha, estos últimos un antecedente del populismo racista y chauvinista de hoy. La proliferación y diversidad del populismo se debió a que la crisis de los treinta fue no solo una crisis económica y política sino además una crisis de representación, esto a medida que diversos grupos y sectores se distanciaron de los partidos e instituciones políticas tradicionales, que entendían que no les representaban. Finalmente, y en el caso del frente popular, un movimiento también cultural, el “pueblo” fue un problema estético formal. Se trataba de idear las mejores formas de representar y hablarle al pueblo, aunque como explica Denning fue curiosamente la ausencia del pueblo, no su presencia, lo que caracterizó las obras culturales del frente popular, un frente arraigado a la política de clases.   

Para concluir. . .por el momento

Como indiqué antes Bases Sociales de la Transformación Ideológica del Partido Popular Democrático en la Década de 1940-50 fue rescatado del ayer para examinar el presente, ayudarnos a clarificar y analizar mejor las discusiones sobre la hoy “desautorizada ilusión autonomista” del Estado Libre Asociado, la bancarrota del desarrollismo y de la industrialización por invitación y la crisis ideológica del PPD. Y claro, se trata de una historia y análisis del fracaso de una clase en formación, del quebranto de sus aspiraciones y esfuerzos hegemónicos. En efecto, el libro de Quintero es una rica contribución a estas discusiones y un excelente punto de partida para entender la política, y la economía, de hoy.  

De la Mano del Diablo

Posted in Uncategorized with tags , , on May 21, 2023 by jose anazagasty

Por José Anazagasty Rodríguez

Después de beber apresuradamente un sorbo del vino tinto se levantó, colocó unos billetes sobre la mesa, e inquirió dirigiéndose a su acompañante: “Dime, al final, ¿Quién anda de la mano del diablo? ¿Quién está más cerquita de él? ¿Tu o yo?”

Sin Filtros

Posted in Uncategorized with tags , on May 21, 2023 by jose anazagasty

Por José Anazagasty Rodríguez

Vio su retrato sin filtros, en toda su hermosura y en toda su fealdad. Le conoció por fin.

Wy-Kan-Ush-Pum

Posted in ecología, Estudios Americanos with tags , , on March 7, 2023 by jose anazagasty

Por José Anazagasty Rodriguez

En la cuenca del río Columbia los salmones son una especie de gran importancia ecológica. Estos, parte de la cadena alimenticia del noroeste estadounidense, transportan una enorme cantidad de nutrientes del océano a los ríos y arroyos donde nacieron. Esa cadena involucra numerosas especies de mamíferos, aves y peces, muchos de los cuales se alimentan de los huevos del salmón o de los salmones mismos. Algunos depredadores, como los osos, que consumen mucho salmón, esparcen los mencionados nutrientes en los bosques, fomentando el crecimiento de árboles los que a su vez proveen numerosos servicios ecológicos a muchas especies.

El salmón es además de gran importancia para los nativo-americanos en la región, para quienes el pez es esencial e imprescindible. La vida y cultura de los nativo-americanos en Umatilla, Warm Springs, Yakama y Nez Perce, lugares cercanos a los ríos Columbia y Snake, se han organizado alrededor del ciclo de vida y cualidades ecológicas y míticas de este apreciado pez por muchísimas generaciones. Así, la supervivencia y bienestar de los salmones es vital no únicamente para la salud de los ecosistemas de la región sino también para el bienestar de las comunidades nativo-americanas cuya alimentación, nutrición, sustento y cultura dependen considerablemente del salmón. Como explica el Columbia River Inter-Tribal Fish Commission:

For thousands of years, salmon also shaped the lives of the people who have lived here since time immemorial. The cultures, intertribal interactions, fishing technologies, and very religions of the Pacific Northwest tribes were all impacted and influenced by salmon. These fish have been an important part of the economies of the region for thousands of years, from the ancient Indian trade routes to modern commercial fishing.

Earth Economics, en su reporte The Sociocultural Significance of Pacific Salmon for Tribes and First Nations también subraya la importancia social, cultural y ecológica del salmón, así como la relación interdependiente de las comunidades indígenas y el venerado pez:

In addition to their pivotal role in ecosystem function, salmon are also central to broader social-ecological systems. Human-salmon relationships have shaped Indigenous cultures over thousands of years, just as the diverse histories, cultures, and management systems of Indigenous cultures in the region have affected salmon. Salmon-based ecosystems weave together the spiritual, mental, social, cultural, physical, and economic health of Indigenous communities and their self-governance.

Los nativo-americanos del noroeste pacífico, reconociendo y afirmando la centralidad del salmón en sus vidas, incluso se identifican como culturas o naciones del salmón. Como afirmó uno de los entrevistados por Earth Economics: “That’s who we are. We’re Salmon People.” De hecho, en el lenguaje Sahaptin, la palabra para salmón utilizada en las ceremonias sagradas es “wy-kan-ush”. También en Sahaptin, la palabra “pum” significa “gente”. Las culturas indígenas cercanas al río Columbia podrían llamarse Wy-Kan-Ush-Pum o “gente del salmón.” El salmón les ha provisto a los nativo-americanos de la región nutrición, espiritualidad, identidad étnica y cultural, enseñanza, entretenimiento y sustento económico. En fin, la cultura y la propia identidad colectiva de los nativo-americanos del noroeste pacífico es articulada en torno al salmón.

Las comunidades indígenas de la región florecieron junto con cuantiosos salmones, con las grandes poblaciones de estos peces. Como explica Earth Economics estos prosperaron juntos en el contexto de relaciones de respeto, reciprocidad e interconexión, con los nativos salvaguardando la salud y bienestar tanto de las poblaciones humanas como de las de los salmones, una responsabilidad pasada a cada nueva generación:  

Respectful relationships with salmon and salmon ecosystems are passed to future generations through traditions, practices, and Indigenous science, to ensure that community health and wealth are sustained in perpetuity. These belief systems and practices reinforce an appreciation for salmon as more than a resource; Indigenous Peoples see salmon as family and relations gifted by the Creator.

Para los nativo-americanos el salmón es entonces un componente central de sus vidas, por lo que su potencial extinción representa una seria amenaza. Su bienestar y calidad de vida está atado a la suerte de las poblaciones de salmón, ahora en riesgo. Desde la década de los noventa la población de salmones en los ríos Columbia y Snake, alguna vez en los millones, se ha reducido grandemente, con algunos tipos de salmón ya en peligro de extinción. Diversos factores han afectado adversamente su hábitat, migración y reproducción. Los salmones son anádromos, peces que nacen en agua dulce y migran al océano, donde maduran. Maduros, migran entonces de vuelta a su lugar de origen, en el agua dulce, para aparearse y morir. Pero cada vez menos salmones completan el ciclo, consecuencia de las actividades antropogénicas, particularmente de las económicas, que han deteriorado la calidad del agua en los ríos, contaminándola, y dañando los hábitats del salmón. Además, la sobrepesca y más de una centena de represas hidroeléctricas en el Río Columbia impiden la habilidad del salmón de llegar al océano y regresar. Para los nativo-americanos esto representa una gran desdicha, pues la merma en las poblaciones de salmón atenta contra el medioambiente y contra su bienestar, su cultura e identidad étnica. Para estos la perdida de salmón atenta contra la humanidad misma. Como explica Janis Johnson en su ensayo “Saving the Salmon, Saving the People,” los nativo-americanos ven el futuro de la humanidad, particularmente el de los humanos en el noroeste pacífico, como uno sujeto a la supervivencia del salmón, por tanto, que el hábitat del que depende los salmones es el mismo del que estriban también no únicamente las plantas y los animales sino también los humanos. La pérdida y merma del salmón ya afecta la calidad de la vida de las comunidades indígenas, impactando adversamente su cotidianidad, sus prácticas culturales, sus ceremonias religiosas y sus relaciones económicas. La disminución en la cantidad de salmones ha afectado inclusive su esperanza de vida y su salud, esto porque los nativo-americanos se han visto obligados a cambiar su dieta y a comer menos salmón, reconocido por su alto valor nutritivo.   

La historia de las represas del río Columbia y de la gestión pesquera allí es una larga historia de promesas incumplidas, de tratados ignorados por el gobierno de los Estados Unidos. Se trata de una larga historia de injusticias, incluyendo injusticias y desigualdades ambientales, sobrellevadas y resistidas por las tribus en sus propias tierras. En adición, las represas han sido efectivas transfiriendo riqueza y recursos de las tribus a actores fuera de las reservaciones. Esto ha afectado las relaciones práctico-productivas o económicas de los nativos, y con estas su poiesis y praxis. Según Enrique Dussel, inspirado en Karl Marx, poiesis se refiere a las relaciones productivas, es decir, una relación ser humano-naturaleza-producto. Es una relación técnica, un acto productivo que implica la trans-formación o producción de la naturaleza. Para este filosofo la praxis se refiere a las relaciones entre humanos, a un acto de un humano dirigido a otro humano. Unidas, la poiesis y la praxis constituyen una relación práctico-productiva o económica, una relación ser humano-producto-ser humano. Son las relaciones económicas tradicionales de los nativo-americanos las que están siendo desplazadas por las relaciones capitalistas y las que son además grandemente afectadas por la disminución en las poblaciones de salmones.

La relación poiética entre los nativo-americanos y el salmón, atada al conjunto de las actividades de la pesca, veneración, procesamiento, preservación, preparación y consumo del salmón, así como el manejo de las poblaciones del pez y de otros recursos naturales, es mediada por técnicas y herramientas tradicionales como lanzas, redes, y garfios, entre muchas otras, y algunas nuevas. Su poiesis también depende de un vasto conocimiento local o tradicional acerca del salmón, su hábitat y de los ecosistemas locales. Es una poiesis encaminada por los valores y conocimientos tradicionales, los que están fundamentados en un gran respeto por el salmón. Por ejemplo, los nativo-americanos utilizan o consumen todo el salmón, pues desde su perspectiva esto era lo intencionado por el Creador. Con esto también honran el sacrificio del salmón, el que de acuerdo con sus creencias e historias religiosas se ofrendó voluntariamente para sustentar a los humanos. Esta poiesis implica toda una serie de relaciones práctico-productivas y de otro tipo alrededor de la relación nativa con el salmón, incluyendo relaciones familiares, comunitarias, artísticas y, por supuesto, espirituales y religiosas. En términos de las relaciones práctico-productivas es importante notar que muchas generaciones de familias nativo-americanas se han ganado la vida capturando, comerciando, intercambiando y vendiendo salmón. Pero la disminución en las poblaciones de salmón ha obligado a muchos de ellos a entrar en una economía monetaria capitalista, a integrarse a otras relaciones práctico-productivas en las que el salmón no puede usarse como un bien comercial a ser intercambiado por otros o en trueque. Además, muchos de ellos, que anteriormente se habrían ganado la vida pescando, ahora están empleados en instalaciones tribales para la restauración de las poblaciones de peces. En adición, diversas políticas y leyes regulan la pesca y son los indígenas los que son excesivamente vigilados y acusados continuamente de violar las leyes de pesca.

Para los nativo-americanos la pérdida del salmón es la pérdida de una cultura, el desplazamiento de un modo de vida, así como de sustento. No es inesperado entonces que en las entrevistas realizadas a una muestra de nativo-americanos los investigadores de Earth Economics encontraran que los temas o códigos más mencionados fuesen el declive en la población de salmón y la alimentación y el sustento. Ese declive tiene implicaciones para los sistemas socioculturales indígenas, incluyendo su capacidad de practicar y transmitir valores culturales, y con esto su capacidad para afirmar y sustentar su identidad cultural. El declive es augurio de una pérdida. Efectivamente, los investigadores encontraron que los códigos respecto al declive en las poblaciones de salmón se cruzaron con mayor frecuencia con el código de pérdida.

En las entrevistas, las declaraciones sobre la comida y el sustento estuvieron usualmente acompañadas de referencias a actividades colectivas o comunitarias como compartir alimentos en reuniones y ceremonias. Estas también estuvieron acompañadas por expresiones acerca de las posibilidades de reservas de salmón para compartir con otros durante el invierno. Los investigadores también encontraron que las aseveraciones acerca del salmón y la alimentación iban en ocasiones acompañadas de declaraciones acerca de la pesca, la salud, la seguridad, ceremonias y riqueza. Para los nativo-americanos la riqueza no se limita, sin embargo, al capital económico. Para ellos el concepto gira también alrededor de tener salmón para el trueque y el poder proveer, conceder o compartir este. Para ellos la riqueza es lo que una persona puede dar a otros. No tener salmón para compartirlo con otros es consecuentemente pobreza. Como explicó un participante del estudio de Earth Economics: “Confío en el salmón. Si no tuviera salmón, sería mucho más pobre de lo que soy ahora”. Los participantes también a menudo discutieron sus habilidades para almacenar salmón para su familia, darle a su comunidad o compartirlo con ancianos en otras comunidades.

Aunque no fue investigado por Earth Economics añado que estos temas son pensados por los nativo-americanos a través de su memoria social o colectiva, en la que las relaciones práctico-productivas o económicas tradicionales alrededor del salmón están muy presentes. Esa memoria se manifiesta y reproduce en las diversas ceremonias y rituales espirituales de los nativo-americanos, así como en muchas de sus expresiones y producciones culturales, incluyendo la poesía, como en el poema del poeta de la tribu Nez Perce Phil George, citado por Johnson en el mencionado ensayo “Saving the Salmon, Saving the People”:

Like many Grandfathers before me,

I spear Salmon, splashing, flapping.

These echoingwaters no longer your home.

Up Celilo Falls you will dance no more.

Cleansed, Grandmother will weave

Willows into your needle-boned flesh.

Beside night fires you will roast—

Fat oozing, dripping, sizzling.

My people will not go hungry.

We fast. We sing. We feast. 

May your spirit always live, my friend,

If even in the Moon of High Waters.

From saltwaters you swinupstream to die.

We remember: “Return home to die.”

Este poema no sólo se refiere a la memoria del pez que recuerda su hogar, al que regresa para morir, sino además a la memoria de los nativo-americanos, que incluye recuerdos de sus relaciones poiéticas con el salmón, a lo que alude las referencias a la lanza, la preparación y consumo del salmón. Como devela el poema, la poiesis nativo-americana está vinculada a las relaciones sociales y sus actividades colectivas como ayunar, festejar, cantar y recordar. En la memoria social nativo-americana se recuerda y añora la continuación y estabilidad de una antigua y venerada relación con la naturaleza, con el salmón específicamente. También se recuerda y anhela la continuidad de las relaciones sociales, incluyendo las productivas, que constituyen la vida y cultura de la Wy-Kan-Ush-Pum.  Sin embargo, la continuidad y estabilidad anhelada no puede reducirse a una nostalgia conservadora, como si se tratase de la idealización y glorificación del pasado, sino a una añoranza esperanzadora que se tiñe de un afán de lucha y futuro. Este anhelo se articula como alternativa a una estructura económica relacional limitante e injusta, la capitalista, que desposee, empobrece y margina a la vez que deteriora el medioambiente y agota sus recursos. Las relaciones práctico-productivas o económicas tradicionales alrededor del salmón aparecen como alternativa en Wy-Kan-Ush-Mi-Wa-Kish-Wit o su Plan de Preservación Espíritu del Salmón, al que también se refiere Johnson:

Salmon are part of our spiritual and cultural identity.

The annual salmon return and its celebration by our people assure the

Renewal and continuation of human and other life.

Salmon and the rivers they use are part of our sense of place.

The Creator put us here where the salmon return.

We are obliged to remain and protect this place.

The annual return of the salmon allows the transfer of traditional values

From generation to generation.

Without the salmon returning to our rivers and streams, we would cease to be Indian people.

El plan revela la importancia de la identidad étnica para los nativos americanos, una estrechamente ligada al salmón como pez numinoso. Su identidad étnica colectiva, consolidada por su memoria social, destaca recuerdos compartidos de su relación con este. Sus memorias relatan su larga historia como gente del salmón. En muchos sentidos, sus narrativas y memorias de esa historia, de su pasado, los orientan y definen como pueblo; su cultura e identidad se instituyen y reproducen a través de una diversidad de sitios, prácticas y formas mnemónicas que ahora son amenazadas por la merma de salmones.

Es indudable que para los nativo-americanos, la lamentable situación del salmón es ciertamente una cuestión urgente, de supervivencia y bienestar material y cultural. Pero es una situación que sin embargo también les compete a muchos otros, no sólo a ellos. Como explica la Columbia River Inter-Tribal Fish Comission:   

We can’t completely restore salmon alone, but the power of wy-kan-ush is reason for hope. The world over, salmon affect the cultures of the people in which they come in contact. The wildly different traditional cultures of Columbia Plateau tribes, Japanese Ainu, Pacific Northwest coastal tribes, the Norwegian coastal areas, and the Russian Far East each have salmon returning to their lands and each share a reverence and gratitude for the bounty that salmon provide. The modern Pacific Northwest is no different. Salmon have shaped the culture of the newcomers to this region just as they shaped tribal cultures before them. Salmon are the icon of this place. They are valued as food, as a resource, and as a representation of the wildness and wilderness for which the Pacific Northwest is known. They shape our land use policies and power grid. Whether they realize it or not, every single person in the Northwest is a Wy-Kan-Ush-Pum. We are all Salmon People. Let us all work together to protect and restore salmon—this fish that unites us.

Lejos de expresar una nostalgia conservadora que anhela el regreso a un pasado idealizado y glorificado o la defensa de una identidad étnica y colectiva exclusiva y rígida estas palabras expresan un llamado esperanzador a la unidad y el cambio. Desde esta perspectiva, el futuro del salmón y otras especies, así como la de los nativo-americanos y otros habitantes de las varias regiones transitadas por el salmón, depende de esfuerzos colectivos, de coaliciones para la protección y restauración de las poblaciones de este pez. Es decir, la protección, conservación y restauración de las poblaciones de salmón requiere no exclusivamente de los nativo-americanos sino de todas las “gentes del salmón.” Los nativo-americanos extienden así su identidad como Wy-Kan-Ush-Pum a otros, a todos aquellos que el salmón une de una forma u otra, reafirmando el carácter profundamente ecológico de su identidad étnica. Claro, no es un asunto puramente cultural o identitario. Los nativo-americanos proponen además una alternativa a la estructura económica-relacional hegemónica, la capitalista, un modo alterno que implica una poiesis distinta pero arraigada a sus prácticas sociales y culturales. En efecto, la relación nativo-americana con la naturaleza, y su valorización de esta, no permite reducirla a un mero recurso o materia prima inerte y maleable. La suya es una relación y valorización que, aunque de muchas formas religiosa, es mucho más reflexiva y respetuosa de las relaciones ecológicas que la capitalista. La alternativa indígena también propone una praxis distinta: colectiva, colaborativa y cooperativista. Su meta es lo que los indígenas latinoamericanos llaman el buen vivir, la realización de una vida plena, que en su caso depende de la vida plena del salmón.  

*Originalmente escrito para ser parte de la ponencia “Poiesis, Praxis y Memoria Social” para el Simposio Virtual: Lugares, Espacios y Poéticas de las Memorias Colectivas. La ponencia hubiese sido demasiado larga por lo que descarté algunas secciones, incluyendo esta.

Bad Bunny y su Concierto: Des-comunal

Posted in música, reggaetón with tags , , on July 30, 2022 by jose anazagasty

Un concierto, y confieso que tengo en mente el reciente concierto de Bad Bunny, es un evento peculiar, uno que podríamos estudiar, siguiendo a Edward Said, como un acontecimiento anómalo y extremo. Para él, un concierto era un acontecer y un performance. Desde esta perspectiva, el performance no es un simple acontecimiento, un mero hecho, sino más bien una acción vinculada a ciertos pasos y procedimientos que si por un lado impiden esta acción también la constituyen. Fue precisamente en esos términos que Said describió el concierto de música, limitándose sin embargo a la música clásica occidental. Para él, un concierto, entendido como un performance, era además una ocasión social anormal o irregular.

Según Said, lo que atrae al público a los conciertos es que lo que los artistas intentan hacer en el escenario es exactamente lo que la mayoría de los miembros de la audiencia no pueden repetir o aspirar hacer. Es cierto que la ocasión, el concierto, puede interpretarse como un momento dependiente en parte de las habilidades y destrezas de un músico o interprete, digamos, por ejemplo, las de Bad Bunny. Sin embargo, sus habilidades son un fundamento siempre riesgoso, uno que no depende totalmente del interprete o artista, sino que estriba de una relación social, ya que la ocasión está circunvalada por la receptividad del público-cliente, que pagó por un servicio, y de su subordinación y paciencia durante el acontecer del concierto. En el caso del concierto del “conejo malo”, una gran parte de la audiencia, convertida en teleaudiencia, no pagó por este, pues lo pudieron disfrutar gracias a los medios de comunicación masiva. Sin embargo, su receptividad es también importante.  

Un concierto, así como lo inalcanzable por la mayoría de los miembros de la audiencia, muchas veces impresionante cuando la vemos ante nosotros en un escenario, o en los medios, entonces no depende únicamente de los artistas o intérpretes y sus destrezas musicales. Un concierto depende de la presencia y efectividad de un conjunto de procesos, facultades y poderes, algunos inicialmente impalpables, que lo hacen posible pero que asimismo lo regulan y lo ordenan: la mencionada formación y las destrezas de los intérpretes; los gestores culturales como los productores y promotores de conciertos, entre otros gestores; la venta de boletas y mercancías; y los medios de comunicación, incluyendo las redes sociales, entre otros actores y factores. Depende también de la unión de varios procesos sociales, económicos, políticos y culturales con los deseos de los clientes y consumidores que anhelan un evento musical particular. Los conciertos tienen, por supuesto, una lógica comercial que está conectada no simplemente con la venta de boletos y las giras de conciertos, sino también con la venta de discos o reproducciones digitales en beneficio de los artistas, pero en particular de las grandes corporaciones, incluyendo aquellas corporaciones dedicadas al streaming de música. En fin, un concierto, que es como mencionamos previamente un performance, es el resultado de un complejo proceso histórico y social. El producto es esa ocasión extrema a la que se refería Said, algo más allá de lo cotidiano, un acontecimiento algo irreductible y temporalmente irrepetible. La realización de varias funciones, aun en un mismo lugar, no niega la particularidad de cada función, aun cuando tengan muchos elementos en común. Se trata de un acontecimiento social cuyo foco es precisamente lo que se puede experimentar o vivir únicamente en sus condiciones particulares.

El pasado concierto de Bad Bunny también dependió de todos esos componentes. Por supuesto, alguien podría argumentar que este concierto es más repetible y reductible que los excéntricos y altamente técnicos conciertos de música clásica que Said tenía en mente. Pero aun si aceptaremos ese planteamiento no podríamos negar la especificidad del concierto “Un Verano Sin Ti” de Bad Bunny.  Fue, por así decirlo, una ocasión social relativamente anómala, des-comunal, al menos porque les permitió a muchos puertorriqueños alejarse de la “normalidad,” de su cotidianidad, así como por el revuelo y secuelas que este provocó. Fue al menos en ese sentido disruptivo, aunque quizás no tan políticamente disruptivo como muchos piensan. Decía Richard Poirier, que informa las ideas de Said, que el performance es un ejercicio de poder. Pero es un ejercicio ansioso en dos sentidos, porque ansia el poder y porque este le inquieta y angustia. Es por esto por lo que pienso que la música, performances y conciertos de Bad Bunny, como los de muchísimos músicos populares, transitan el vaivén entre el acomodo y la resistencia, circunscrito a elementos y estructuras que facilitan a la vez que regulan el performance y acontecer de sus conciertos.  Volviendo a lo anómalo de su concierto, es muy posible que su peculiaridad, su condición como ocasión des-comunal, tengan más que ver con esa amalgama, también peculiar, que une de formas complejas a varios procesos de crisis social, económica, política y ambiental que han estado afectando a los puertorriqueños, y de los que está consciente Bad Bunny, con los anhelos y necesidades de la audiencia, aun cuando esa unión fuese mediada por el capital y la industria del entretenimiento en el contexto del consumo en la “sociedad del espectáculo”.

“Party, party, party, party . . ..”

Posted in música, reggaetón on July 30, 2022 by jose anazagasty

“Party, party, party, party . . ..” Desde que se celebró y transmitió el concierto de Bad Bunny muchos de sus fanáticos, eufóricos, ya no se imaginan un verano sin el cantor de música popular. Después de todo, y como reportó uno de los periódicos locales, Primera Hora, Bad Bunny realizó el “party” más grande en Puerto Rico, el que, en efecto, pudo verse alrededor de todo el país:

El espectáculo “Un verano sin ti” desde el Coliseo de Puerto Rico José Miguel Agrelot se pudo ver en vivo en 13 lugares que incluyeron la Placita de Santurce, Plaza Plácido Acevedo de Aguadilla, Pabellón de las Artes y la Juventud de Barranquitas, La Guancha en Ponce, Plaza de Arecibo, Plaza Poblado Boquerón, Ajíes de Mayagüez, El Trambóliko en Mayagüez, Plaza de Vega Baja, Distrito T-Mobile, Arena Medalla, Eco’s Sports Park y Plaza de Fajardo. Asimismo, el show llegó a miles de hogares a través de Telemundo.

Después de la memorable e histórica festividad de pueblo, la fiesta de memes, posts, comentarios y debates en las redes, medios y pasillos ha sido igualmente memorable. Añado el mío. Es indudable que el “conejo malo” dejó su huella. Well, “It’s a Cheeto’s Thing!” Bad Bunny, todo un icónico bien comercial, uno muy rentable y mercadeable, y la respuesta que provocó su concierto, desde mucho, mucho antes de que comenzara, confirman que Puerto Rico es indudablemente un buen ejemplo de la “sociedad del espectáculo”. No digo más, y me voy, porque me pregunto cantando:

“¿Y este cabrón quién e’?

Que está cogiendo cerveza en la neverita, tú, eh

¿Anda con nosotro’?

Ah, okey, okey, okey, okey, dale”

¿Destruir la Universidad?

Posted in América Latina, Clases sociales, Crisis Económica, Neoliberalismo, Universidad with tags on March 25, 2022 by jose anazagasty

En dias como hoy sigo regresando al famoso artículo de André Gorz para Les Temps Modernes a principios de los setenta y que tituló “Destruir la universidad.” Su tesis, nutrida de los hallazgos de Pierre Bordieu y Jean-Claude Passeron sobre la violencia simbólica en la universidad y la función de esta como legitimadora y reproductora del orden socioeconómico en La reproducción. Elementos para una teoría del sistema de enseñanza, afirmaba que:

La universidad no puede funcionar, y nosotros debemos entonces minar su funcionamiento para que esta imposibilidad se haga manifiesta. Ninguna reforma podrá hacer viable esta institución. Por esto debemos combatir las reformas, en sus efectos y sus concepciones, no porque sean peligrosas sino por ser ilusorias (porque siendo formalmente falsas pretenden ser verdades reales). La crisis de la institución universitaria va más allá de su propio terreno, e involucra en su totalidad la división social y técnica del trabajo.

¿Será que tenía razón? ¿Será qué la universidad anhelada por muchos de nosotros no es viable? Gorz se refería a la igualdad de oportunidades para la promoción social, a la movilidad social mediante los estudios universitarios. Gorz se quejaba de que la izquierda luchaba, no contra los criterios de selección, que eran entonces y siguen siendo hoy, directa e indirectamente, criterios de clase, sino que luchaban más bien por el derecho de todos a entrar al proceso de selección, por la igualdad de oportunidades. Para él la lucha por la igualdad de oportunidades era limitada, insuficiente, y en última instancia, falsa.

Hoy, la situación sigue igual. La Universidad sigue reproduciendo y no superando el orden socioeconómico. Los criterios de selección son raras veces cuestionados. Por ejemplo, en la UPR en Mayagüez, y para la mayoría de sus profesores y administradores sería impensable y hasta imperdonable cuestionar los criterios de admisión, tan siquiera desviarse un poco de estos. Pero hoy la situación trasciende los criterios de selección. La batalla contra la educación liberal mediante la reducción de cursos en las humanidades y las ciencias sociales, y el favorecimiento de las ciencias aplicadas y vocacionales, como la ingeniería, sobre la ciencia básica, y la adopción de estilos neoliberales por los administradores, prometen intensificar la función reproductiva de la universidad, y con esta la violencia simbólica de la que hablaban Pierre Bordieu y Jean-Claude Passeron. Pero, esto ocurre en un momento marcado por una merma en la cantidad de estudiantes en las universidades, que las fuerza a reinventarse y complica su ya dificil situación. Por ejemplo, en la UPR es muy probable que la reducción en los créditos requeridos de diversos programas académicos, esto en nombre de la competitividad, y que se logrará mediante la reducción en los cursos requeridos en las humanidades y las ciencias sociales, no sea suficiente para contrarrestar la creciente merma de estudiantes. Esta pérdida está atada a las dinámicas poblacionales, como la migración, y el creciente costo de vida. Por otro lado, es también probable que la situación económica del país, una de crisis económica y fiscal, la falta de buenos empleos disponibles y el endeudamiento que implica estudiar, atenten contra el atractivo de seguir estudios universitarios. Esto podría reducir todavia mas el número de estudiantes universitarios. En fin, como concluyó el propio Gorz, la crisis universitaria está más allá del ámbito universitario, aunque hoy no se limite únicamente a la división social y técnica del trabajo.

Hace poco, refiriéndose precisamente al artículo de Gorz, Aureliano Ortega Esquivel de la Universidad de Guadalajara, escribió: “¿Destruir la universidad? Quizá…; pero con el ímpetu que animaba a los ludditas que en los albores del capitalismo destruían las máquinas porque para ellos representaban el símbolo de la opresión.” No hay muchos ludditas en las universidades. Tampoco creo que haya voluntad para su “destrucción creativa.” Lo más probable  que ocurran sean reformas aquí y allá, que la universidad siga, como dice el colega Mario R. Cancel, “. . . reinventándose una y otra vez, descarnada”.  Para aquellos de nosotros en las universidades una alternativa podría ser producir uno que otro de esos espacios que Ortega Esquivel llama refugios de libertad, producirlos desde las grietas y contradicciones de la hegemonía . Desde allí podemos hacer visibles las contradicciones universitaras, asi como su violencia simbólica y su currículo oculto. Quizás también debamos concentrar nuestros esfuerzos más allá del terreno universitario, pues quizás sea fuera de esta que tengamos mejores oportunidades para concretar una mejor educación, una más crítica y liberadora. Supongo que yo también pierdo fe en las posibilidades de la universidad.   

La Cuestión de los Currículos Acortados: Una Aproximación Aligerada

Posted in Economía del Conocimiento, Neoliberalismo, Universidad with tags , , , , , , on December 9, 2021 by jose anazagasty

Stanley Aronowitz, en su libro Against Schooling, afirmaba que los debates respecto a la enseñanza superior, en particular la pública, han estado marcado por tres cuestiones. La primera es el presupuesto, disputas acerca de la cantidad de fondos necesarios para la educación superior y su distribución entre las instituciones educativas. La segunda cuestión es la de las admisiones a las universidades, reyertas acerca de quiénes deben ser admitidos o excluidos de estas y cuáles deben ser los criterios de admisión, todo vinculado, por supuesto, al asunto de los méritos. Se trata del pretérito debate acerca de si la educación superior es un derecho o un privilegio. La última cuestión es el currículo, disputas alrededor del papel que deben desempeñar las artes liberales, la educación liberal o la educación general en el currículo de diversas carreras profesionales. Sobre esto Aronowitz escribió:

The chief bone of the contention is whether the once presumed liberal arts should be available to every college student—indeed, should every student regardless of discipline be required to imbibe at least a sampling of literature, philosophy, history, and the social sciences? Some have argue—and many institutions have agreed—that students in the technical and professional areas such as computer science, engineering, and even natural science should, in the service of proficiency, largely be exempted from such encumbrances. Of course, this argument applies both to high-level technical universities such as Carnegie Mellon University, Rensselaer Polytechnic Institute, and Case Western Reserve University and to the large number of community colleges whose “mission” is now almost exclusively confined to preparing trained workers for the corporations with whom the have developed close relationships. 

Penosamente, los defensores de la educación o las artes liberales van perdiendo la batalla. La tendencia es a favorecer el entrenamiento vocacional o profesional, preparar a los estudiantes únicamente en lo inevitable o mínimo requerido para trabajos técnicos, industriales o comerciales en los circuitos del capital. Por “lo inevitable” me refiero a los cursos de concentración o especialidad. Todos los demás cursos que todavía son parte de los currículos de las disciplinas técnicas y profesionales, como las ingenierías, están sujetos a eliminación.

Estos tres asuntos también están presentes en los debates acerca de la educación pública universitaria en Puerto Rico. Recientemente, las disputas sobre la cuestión curricular se han intensificado. El argumento a favor de que los estudiantes completando bachilleratos en áreas técnicas y profesionales como la informática, la ingeniería e incluso las ciencias biofísicas sean exentos, o al menos de alguna manera menos expuestos a las artes liberales y la educación general, se ha inclusive formalizado, convertido en propuestas reales. En muchos casos la defensa de esas exenciones responde a agendas políticas conservadoras, como suele ocurrir en Estados Unidos. En otras ocasiones responden a esos perdurables prejuicios en contra de las ciencias sociales y las humanidades, prejuicios alimentados por el conocimiento parcial y errados que muchos otros académicos, científicos e intelectuales tienen de estas e inclusive del poco conocimiento de los fundamentos filosóficos de sus propias ciencias y disciplinas .  La defensa de las dispensas curriculares en contra de las artes liberales también responde a tendencias en la educación superior, a la competencia entre las universidades y a los requerimientos de las agencias dedicadas a la acreditación de las universidades y programas académicos.

El Recinto Universitario de Mayagüez de la Universidad de Puerto Rico, un recinto conocido por sus programas de ingeniería no está exento de estas cuestiones curriculares. Tiene mucho que ver con la dificil situación fiscal de la UPR. En Puerto Rico las crisis económica y fiscales han estimulado una serie de políticas de austeridad y recortes que exacerbados por la Junta de Control Fiscal y el ELA han redundado en una progresiva reducción en los fondos públicos asignados a la UPR. Mucha de los debates recientes acerca de la universidad, así como la reciente huelga o paro estudiantil, han girado alrededor del presupuesto, la primera cuestión identificada por Aronowitz, y una cuestión a la que la Dra. Rima Brusi recientemente llamó “la lógica fatula de los recortes a la UPR.”

La respuesta a la difícil situación fiscal de la UPR ha sido la implementación interna de políticas de austeridad, el alza en el costo de los créditos o de la matricula, propuestas para reformar la universidad y varias estrategias para integrarla y atemperarla a la economía de la innovación, así como a las necesidades de otras economías y mercados laborales. La apuesta a la investigación, el desarrollo de patentas y bienes para el mercado, así como la colaboración con empresas y corporaciones es también parte de esa respuesta. El RUM no es la excepción. Es en ese contexto en el que varios actores universitarios en este recinto, particularmente en la facultad de ingeniería, reclaman revisiones curriculares y una notable reducción en el total de créditos que se les requiere a los estudiantes para completar sus programas de estudio o bachilleratos. El resultado ha sido el pedido de reducciones en los cursos de educación general, incluyendo cursos en humanidades, artes, lenguajes y ciencias sociales, entre otros. Un buen ejemplo de esta tendencia es la propuesta reciente para la eliminación de seis créditos de electivas socio-humanísticas del currículo del bachillerato en Ingeniería Química del RUM. Se trata de un departamento abiertamente comprometido con la industria y con el entrenamiento de los futuros trabajadores en las industrias dentro y fuera de Puerto Rico, lo que es descrito en la página oficial del departamento:

The program was created to educate the much needed local workforce for the booming sugar industry at the beginning of the last century. It grew and evolved in response to Puerto Rico’s local industry and economy, which changed over the decades with the evolution towards the petrochemical, pharmaceutical, and biopharmaceutical industries. Today, our graduates excel in a wide range of industries from pharmaceutical, biopharmaceutical, medical devices, petrochemical, plastics, energy, and consumer products, not only in Puerto Rico but also in the continental US. 

Según los proponentes de la eliminación de los seis créditos de electivas socio-humanísticas la supresión propuesta cumple con los parámetros comunes de los programas académicos del Colegio de Ingeniería y con los requisitos de la agencia Accreditation Board for Engineering and Technology. La referencia a agencias como estas es un indicio más del creciente poder que las agencias acreditadoras ejercen sobre las universidades. Hoy, la palabra de ABET y de Middle States, entre muchas otras, es para muchos universitarios semejante a la palabra de Dios para los feligreses cristianos, estatuto sagrado. Cualquier desviación o crítica de las “recomendaciones” de estas agencias divinas es sacrilegio, una blasfemia pecaminosa y malévola. El temor a perder las acreditaciones, más allá de una genuina preocupación por los estándares de la enseñanza y el aprendizaje universitario, opera como un potente mecanismo de control social.

Para los proponentes de la eliminación de los seis créditos de electivas socio-humanísticas del currículo de ingeniería química la exclusión tampoco afectaría el perfil de sus estudiantes. Estos afirman que existen mecanismos alternos disponibles, como las certificaciones y concentraciones menores, que proveen la oportunidad a los estudiantes para explorar o profundizar su desarrollo en el área de las artes, ciencias sociales y humanidades, si este fuera su preferencia. Sin embargo, estas aseveraciones están sujetas a debate y la eliminación propuesta podría estar en conflicto con el perfil del estudiante del RUM, particularmente en lo referente a la educación general y la educación liberal, así como con la integración del aprendizaje multidisciplinario en todos los programas. Es curioso que el Departamento de Ingeniería Química, entre otros, no esté solicitando una reducción en las electivas libres, lo que tampoco afectaría el perfil de los estudiantes ni la acreditación del programa. ¿Responde esto ultimo a la mercadotecnia y la concepción neoliberal de los estudiantes como clientes y consumidores a los que deben proveérseles opciones, la libre elección de electivas? ¿Responde a los mencionados prejuicios y agendas conservadoras contra las ciencias sociales que mencioné antes?

El asunto provoca numerosas interrogantes y me temo que en el futuro inmediato los debates sobre la cuestión curricular en el RUM prometen prolongarse. Es indudable que los llamados a acortar programas y cantidad de créditos requeridos, particularmente en los bachilleratos en las áreas técnicas y profesionales, y a pesar de la resistencia de los humanistas y científicos sociales, se multiplicarán progresivamente. De ser exitosos, terminarán por marginalizar la educación y artes liberales y no sólo en el RUM. Es muy probable que la tendencia se extienda a otros recintos, así como a las universidades privadas.

River Rail Puerto Rico – The Brooklyn Rail

Posted in ecología with tags , , , , on October 30, 2021 by jose anazagasty

Enlace a The Brooklyn Rail, de River Rail: Puerto Rico, que trata la cuestión de agua en Puerto Rico desde la perspectiva de activistas, escritores, poetas, académicos y artistas. El número es bilingüe, por lo que los artículos fueron publicados en inglés y español. El producto es excelente. Que disfruten la lectura.

Source: River Rail Puerto Rico – The Brooklyn Rail

Desde mi Torre de Tagua: Una Breve Reflexión

Posted in Uncategorized with tags , , , , on April 8, 2021 by jose anazagasty

Nada más lamentable que la presencia en la academia de ese “activismo” sectario que tanto criticó Paulo Freire. No hablo de los llamados “scholar activists, ” intelectuales públicos y otros “intelectuales orgánicos” sino de esos otros activistas que, aunque críticos de las altas y aisladas torres de marfil y de lo que el propio Freire llamó “verbalismo” terminan por restarle valor a cualquier reflexión teórica, y con ello hasta el dialogo. Es un pragmatismo peculiar, uno que presume el teorizar como casi una pérdida absoluta de su tiempo. Estos acusan a los “teóricos” de no querer salir de sus excelsas torres. Es más, esos activistas hasta prefieren que estos teóricos permanezcan allí, pues nadie entiende su idioma y tecnicismos. Pero ¿Qué tan útil es la acción sin la reflexión, la práctica sin la teoría? No muy útil ni liberadora. Pero nuestros activos activistas no pueden trascender su binarismo, su rígida oposición binaria entre la reflexión y la acción. La praxis, que muchas veces reducen a la mera acción, le es ajena. Lo irónico es que si bien escapan las torres de marfil terminan atrapados en sus propias trincheras.  

Pero yo, sereno, sigo pensando como Charles Lemert que la teoría es ambas cosas, no sólo una “herramienta básica de supervivencia”, sino y más importante aún, poesía, una musa “con un oído al suelo del sentimiento humano y la necesidad.” Es una abstracción, pero una que, aunque parezca ininteligible no está tan lejos de lo concreto y habitual. Esa poesía, bien hecha, va de lo concreto, del suelo, a lo abstracto, y de vuelta al suelo. He aquí algunas palabras de Lemert con respecto a la teoría social:

There are those, we should say right off, who think it is shit. And some, being of a more generous disposition, would say that ‘social theory’, whatever it is, is like ‘cow’ in that it refers, not to a real thing in the world, but to an activity that requires very different words, depending on local habits. At the other extreme, there are those (I would be among them) who think of social theory as more like poetry than anything else – as, that is, a song arising from the heart of ordinary life that, when well composed, can tell the story of human good and evil. Yet, in defense of this idea, I should say that to think of social theory as poetry runs up against the fact that some who are professional practitioners of it write, if not like shit, at least like the most egregious bars of experimental music including some popular hip-hop lyrics that make no sense whatsoever outside the community to which the words are addressed. In this respect, what poetry social theory might be is always at risk of degradation by the tin ears of those who do it. Still, even in its earliest days, social theorists sang with an ear to the ground of human feeling and need.

Hay indudablemente muchos teóricos sociales que son malos poetas. Algunos teóricos escriben sobre vacas imaginarias, desde vacas flacas hasta de las reses gordas y sagradas. Puede que muchos de estos conferencien y escribían mierda sobre mierda. Hasta puede que muchos de estos estén más interesados en sus logros personales que en el bienestar de muchos. Y hay muchos de estos que apenas repiten ideologías. Pero eso no quiere decir que a muchos de estos no les interese la vida real, que no anhelen cambiar el mundo para mejorarlo ni tampoco que sus teorías, relatos y poemas no tengan el potencial de hacerlo.